domingo, 22 de agosto de 2010

2º Clase, Aromas en el aire

Ese día en la mañana me desperté con el olor a canela por toda mi casa, ya que el día anterior había estado ensayando el kuchen de mi mamá, fue ensayo y error hasta que finalmente lo logre.
Llegue a la universidad a preparar mi mesa navideña con los utensilios y los ingredientes que necesitaba para realizar mi receta.


Una vez que la mesa estuvo lista comencé a preparar el relleno, ahí fue cuando me transporte a otra época pero yo era un simple testigo de como una niña pequeña con mi mamá pelaban manzanas y las ponían en una olla, recordé también los intentos de ella de enseñarme la receta (cada año era igual). Lo gracioso es que la vine a aprender para el trabajo de percepción en dos días.
Cocinar la masa fue mas complicado porque necesitaba un horno, tuve que hacerla en mi departamento, la gente que transitaba por ahí y el portero de mi edificio debieron pensar que estaba loca al verme correr con un molde de pastel por la calle.
Cuando entre a la sala los olores me invadieron, se olia de todo, carne, pan, carbón, frutillas, manzanas y hasta manjar; todos combinados en un mismo espacio.





Cuando llego el momento de la presentación pasamos de mesa en mesa probando todos los platos, la verdad es que yo probé algunos ya que los otros me daban un poco de miedo por los recuerdos que tenían.
Pero cada mesa era un mundo distinto, habían desde decoraciones infantiles hasta campamentos de scout. Fue una experiencia muy divertida, jamas se me paso por la mente que iba a cocinar en arquitectura y creo que jamas se me olvidara.



Pero al final, todo el esfuerzo tuvo su recompensa y el kuchen me quedo rico, tal y como lo hace mi mamá. Y lo mejor de todo es que ahora ya aprendí y lo puedo hacer cuando quiera.



1 comentario:

  1. no me gusto el hecho de no captar a la primera el ejercicio, pero me gusto mucho toda la comida que habia, tu pastel en verdad si tenia algo navideño que me gusto cocinas bieen ...(A) jajaja

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